Mamoplastia de reducción
La mamoplastia de reducción se suele emplear cuando unos pechos excesivamente grandes y voluminosos llegan a ser una fuente de molestia para muchas mujeres, ya que pueden limitar su calidad de vida y confort. No es posible vestir adecuadamente ni llevar a cabo una rutina de ejercicios adecuada cuando el volumen mamario limita de manera repetida nuestra vida cotidiana.
De igual modo, las mamas de gran volumen pueden predisponer a dolores de espalda y cuello de forma crónica, irritaciones de la piel a nivel de los pliegues, problemas respiratorios y disminución de la autoestima por parte de la paciente.
En todo caso, siempre debemos discutir y valorar con el cirujano todas las alternativas posibles para poder tomar la decisión más adecuada con el asesoramiento correspondiente.
Preguntas Frecuentes
¿Cuál es el procedimiento de una operación de mamoplastia de reducción?
El procedimiento, que tiene una duración media de 3 horas, debe llevarse a cabo en un hospital y bajo anestesia general.
Las técnicas son múltiples, pero las más frecuentes son la mamoplastia en T invertida o en J. Ambas tienen como finalidad la elevación del complejo areola pezón, resección del tejido glandular excedente, simetrización de las mamas y remodelación del tejido mamario.
Esta intervención se acompaña de cicatrices a nivel de la mama que nuestros cirujanos realizan de forma minuciosa para que, con los cuidados médicos recomendados, puedan ser prácticamente imperceptibles transcurrido un tiempo.
La utilización de tubos de drenaje dependerá de la decisión del cirujano durante la evolución de la cirugía.
Es habitual que se requiera 1 día de hospitalización para la recuperación de la paciente y su correspondiente control.
¿Cuánto tiempo tardaré en recuperarme?
El postoperatorio de esta intervención suele ser muy bien tolerado y no es doloroso.
Los puntos de sutura suelen retirarse entre 10 y 14 días posteriores a la intervención.
Es necesario utilizar un sujetador ortopédico durante 3 semanas para facilitar el confort de la paciente y los cuidados de la zona operada.
Las actividades cotidianas pueden iniciarse a la semana de la intervención y el ejercicio físico a partir de las 4 a 6 semanas del postoperatorio. Alrededor de los 3 meses podremos valorar el resultado definitivo de la intervención.
Su médico le indicará las revisiones que debe realizar, así como, el cuidado exhaustivo de las cicatrices para su evolución adecuada.
Esta cirugía mejora de manera muy importante, la calidad de vida de las pacientes y su percepción de imagen corporal, aumentando su confort, seguridad y autoestima.